FORT PIENC:
¿EL "CHINATOWN" DE BARCELONA?
el barrio
Un recorrido visual por Fort Pienc; el barrio del ensanche de Barcelona
delimitado por la Avenida Diagonal, la Meridiana
y la Gran Vía de Les Corts Catalanes.
Un zambullido entre comercios chinos, monumentos históricos
y edificios emblemáticos.
Fort Pienc:
¿El "Chinatown" de Barcelona?
La población de origen chino es la segunda comunidad –después de la italiana– por nombre de residentes, que se hace más visible en la ciudad de Barcelona. Poco después de los juegos olímpicos de 1992, Barcelona comenzó a acoger grandes números de inmigrantes de China. Según los datos del Servicio de Estadística del Ayuntamiento de Barcelona, la ciudad condal tiene censados en 2019 a 21.658 personas de origen chino, el equivalente al 19,4% de la población extranjera empadronada. El Barrio de Fort Pienc –situado entre la plaza de las Glòries, el paseo de Sant Joan y rozando Diagonal y la Meridiana– es conocido como el ‘Chinatown’ de Barcelona debido a que la población de origen chino que reside en el barrio ha ido en aumento durante los últimos diez años.
La Comisionada de Inmigración del Ayuntamiento de Barcelona, Lola López, explica que desde su área, se están trabajando algunos estereotipos que tiene la población barcelonesa sobre inmigrantes provenientes de China: “Nuestros vecinos chinos son grandes desconocidos. Hay un problema idiomático pero solo es una frontera de códigos. Ellos creen exactamente lo mismo que nosotros creemos de ellos: que es difícil relacionarse con nosotros”. De la lucha contra los estereotipos raciales y de género, y para una mayor inclusión de la población china en el barrio y en la ciudad, nacen diversas iniciativas, como el proyecto Xeix. El Ayuntamiento lo puso en marcha en 2012 y su principal objetivo era la incorporación progresiva de la comunidad china en la vida asociativa del barrio de Fort Pienc. Ocho años después de su arranque, Xeix es un proyecto que sigue en marcha gracias a la participación ciudadana y la red comunitaria del barrio. Begoña Ruiz, mediadora cultural del proyecto aclara que “nuestros vecinos Chios no viven en Chinatown, esto es un estereotipo injusto, viven en el barrio del Fort Pienc”. Y es que cuando surgió el término ‘Chinatown’, –acogido por primera vez por Francisco Madrid en 1925– evocaba un laberinto de imágenes estereotipadas, en gran parte despectivas, típicamente asociadas con guetos y barrios marginados urbanos. Estos van desde el ‘los chinos comen gatos y perros’ a 'los chinos son como cucarachas' hasta ‘los centros de masajes chinos son redes de prostitución encubierta’.
De la lucha contra los estereotipos de la población asiaticodescendiente, nace el grupo Catàrsia, un colectivo de jóvenes activistas que luchan en las redes sociales contra el estigma. Usera Antirumores es una campaña que también pretende desmontar tópicos racistas y xenófobos. La mediadora intercultural de la organización, Yue Fu aclara que “es importante luchar contra los bulos porque el colectivo chino es bastante ‘hacia dentro’ y, desde fuera, la gente lo considera uno de los más desconocidos, de los más cerrados y estigmatizan al colectivo. Es importante desmentir y darse a conocer”.
Barcelona es un lugar donde se germina el dinamismo del pequeño y mediano empresario y la mayoría de las personas de origen chino optan por ser autónomxs o abrir una pequeña o mediana empresa. Las peluquerías y centros de estética chinas han sido también foco de los estereotipos raciales hacia el colectivo. En la China la prostitución está prohibida y en ocasiones, se han destapado comercios Chinos de estética en Barcelona que ofrecían a sus clientes “un final feliz”. Es una manera de camuflar la prostitución que, según expertxs, queda en una práctica minoritaria. Sin embargo, hay muchos clientes que suelen frecuentar estos salones con demandas que violentan a las empleadas que trabajan en los centros, ofreciéndoles ‘diez euros’ a cambio de relaciones sexuales. En 2010 se creó la Asociación Artesana China de Salones de Belleza de Cataluña, que luchó contra esta práctica procurando eliminar los estigmas.
Aún y con la constante lucha desde las instituciones y los colectivos auto-organizados para erradicar los estereotipos raciales y hacia lxs migrantes, el racismo y la xenofobia fueron el primer motivo de discriminación en Barcelona en 2018, según la Mesa de entidades de atención a las víctimas de discriminación, que atendió 265 casos de discriminación, de los que 105 fueron por racismo.